This blog can be attributed to Adriana Rios Welton, General Counsel & VP of External and Regulatory Affairs, AT&T Mexico.
Today marks the 1-year anniversary of the US-Mexico-Canada Agreement (USMCA), a historic trade Agreement that strengthens regional integration, economic cooperation, and partnership between the three countries. Building on the legacy of NAFTA, USMCA recognizes the significance of inter-government cooperation and promotes investment that will help drive economic growth for citizens across the continent.
Already the Agreement has had a positive impact here in Mexico, elevating the benefits of trade with two of its largest trading partners and strengthening the environment for foreign investment, even amid the economic crisis caused by the COVID-19 pandemic. On digital trade USMCA has been groundbreaking, helping to create a level playing field and competitive market for digital investments.
The Agreement truly could not have come at a better time. As the COVID-19 pandemic shut down offices around the world, digital technologies enabled companies and economies to function, preventing a crisis from becoming a catastrophe. Consumers and businesses in all three USMCA partners increased their reliance on e-commerce, video conferencing, and other technologies to keep goods, services and communications flowing — trends that the digital provisions in USMCA supported and sustained.
Mexico in particular has benefited from this explosion in the use of digital technologies. The 2013/2014 reforms of the Mexican constitution led to massive investments in the telecommunications sector. The creation of the communications regulator, IFT—as well as the requirement that it remain fully independent, autonomous, and technically expert —helped create a more level playing field and promoted competition in the sector, which paved the way for AT&T to invest almost US$10 billion in the country. The presence of new competitors has helped to reduce telecommunications’ prices by more than 40% and doubled mobile broadband subscribers since 2014. This is particularly important for low-income households– where penetration grew almost 5 times more than in the wealthiest households.
USMCA supported this legal framework by enshrining the 2013/2014 reforms in the Agreement and committing Mexico to upholding it. The Agreement explicitly requires Mexico to have an autonomous and specialized agency to regulate the telecommunications and broadcasting sector, and to maintain the regulatory framework, including the “preponderance regime” that imposes asymmetric regulation on operators holding 50% or more of the market on a national basis. According to IFT today, thanks to this legal and regulatory regime, 7 out of 10 Mexican individuals have access to the Internet compared to 3 out of 10 before 2013/2014 reform[1].
As with any newly-implemented Agreement, challenges have arisen that need to be smoothed out. But the parties must continue to faithfully and fully implement the Agreement, and enforce it, so that consumers in all three countries may see the benefits promised by the Agreement realized. However, there have been proposals by the Mexican government that directly counter the commitments Mexico made under the Agreement which threaten to undermine those potential benefits. For example, the recent proposal to merge the telecommunications and energy regulators and replace them with a single institution under the executive branch jeopardizes Mexico’s regulatory structure in these sectors and calls into question the regulator’s independence and technical expertise — each of which is a requirement of the USMCA. Furthermore, a proposed bill to impose as high as a 30% quota for national content on streaming video providers runs afoul of several provisions of the USMCA, including bans on regulations that favor domestic producers as well as performance requirements. Finally, proposals that would deregulate the incumbent telecommunications provider in on a market-by-market, instead of a national basis would also risk undermining the competitive environment and be contrary to the regulatory structure. Each of these proposals create uncertainty in Mexico, reducing incentives for investment and innovation and run contrary to the intent of USMCA.
Mexico is well-positioned to continue taking advantage of the benefits that USMCA brings. The country has (rightfully) placed a huge bet on developing a next-generation economy built on digital technologies. The USMCA has reinforced the foundation for the kind of investments needed for that effort to succeed, and I know that, with full implementation and vigilant enforcement, it will continue to strengthen Mexico’s future for generations to come.
[1] IFT, http://www.ift.org.mx/comunicacion-y-medios/comunicados-ift/es/en-mexico-hay-806-millones-de-usuarios-de-internet-y-865-millones-de-usuarios-de-telefonos-celulares
UNA SÓLIDA BASE PARA EL CRECIMIENTO: EL TMEC
Se puede atribuir esta entrada en el blog a Adriana Rios Welton, General Counsel & VP de Asuntos Externos y Regulatorios, AT&T México
El día de hoy se celebra el primer aniversario del Tratado entre México, Estados Unidos y Canada (T-MEC), un tratado histórico que fortalece la integración regional, cooperación económica y amistad entre estos tres países. Teniendo como legado al TLCAN, el TMEC reconoce la importancia de la cooperación intergubernamental que promueva la inversión para el crecimiento económico del continente.
El TMEC ya tiene actualmente un impacto para México, elevando el volumen de comercio entre sus dos principales socios comerciales y fortaleciendo el ambiente de inversión extranjera—inclusive en medio de la crisis ocasionada por el COVID-19. Respecto al comercio digital, el TMEC ha sido revolucionario, ayudando a crear una cancha pareja competitiva para la inversión en el mercado digital.
El Tratado no pudo haber entrado en vigor en un mejor momento. A medida que la pandemia COVID-19 cerró oficinas en todo el mundo, las tecnologías digitales permitieron que las empresas y las economías funcionaran, previniendo que la crisis se volviera una catástrofe. Consumidores y compañías en los tres integrantes del TMEC incrementaron su dependencia en el comercio electrónico, videollamadas y otras tecnologías para la continuación de actividades. Esto con el apoyo otorgado a través de las garantías del Tratado.
En particular, México se ha beneficiado de la explosión del uso de las tecnologías digitales. La Reforma Constitucional de 2013/2014 ocasionó una inversión masiva en el sector telecomunicaciones. La creación de un regulador en comunicaciones, IFT, — además de requerir que fuera independiente, autónomo y con experiencia técnica—ayudó a nivelar la cancha y promover la competencia en el sector, sentando las bases para que AT&T invirtiera casi 10 mil millones en el país. La presencia de nuevos competidores ayudó a reducir los precios de telecomunicaciones en más de un 40%, duplicando el número de suscriptores a banda ancha móvil desde el 2014. Esto es particularmente importante para los hogares de escasos recursos, en donde su penetración a servicios móviles aumentó casi 5 veces más que la población más rica.
El marco legal de la Reforma Constitucional de 2013/2014 está profundamente relacionado con el TMEC y el compromiso de México de mantenerlo. El Tratado explícitamente requiere que México cuente con un regulador autónomo y especializado en materia de telecomunicaciones y que se mantenga el régimen de preponderancia que impone regulación asimétrica al operador que controla más del 50% del mercado nacional. De acuerdo al IFT, gracias a la política regulatoria, 7 de cada 10 mexicanos tienen acceso a Internet comparado con 3 de cada 10 antes de la Reforma.
Como cualquier nuevo Tratado, existen desafíos que necesitan pulirse. No obstante, las partes involucradas deben de continuar con su compromiso de implementación y aplicación correcta para que se observen los beneficios completos del TMEC. Recientemente el gobierno mexicano ha propuesto iniciativas que contravienen los compromisos adquiridos por el TMEC, poniendo en riesgo los avances logrados. Por ejemplo, la reciente propuesta de unificar a los reguladores de energía, telecomunicaciones y competencia dentro del Ejecutivo directamente contraviene la necesidad de tener un regulador autónomo y técnicamente especializado. Adicionalmente, propuestas como imponer cuotas de contenido nacional de hasta 30% para plataformas digitales contraviene el Tratado imponiendo condiciones menos favorables a compañías extranjeras respecto a las nacionales—una cláusula del TMEC.
Finalmente, propuestas como la desregulación del incumbente en el sector telecomunicaciones con base en mercados regionales pone en riesgo el ambiente de competencia e inversión, yendo en sentido contrario a la intención del TMEC.
México está bien posicionado para tomar ventaja de los beneficios del TMEC. El país (correctamente) ha confiado y puesto gran importancia en el desarrollo de las tecnologías de nueva generación para la economía digital. El Tratado ha sentado las bases para atraer este tipo de inversiones. No obstante, México no debe de bajar la guardia y debe de garantizar su vigilancia y aplicación que fortalezca la posición de México hacia futuro.